¿Quién era la Muerte?

La muerte ha tomado diferentes representaciones a lo largo de la historia desde el ente derrotado por la resurrección de Jesús, el enviado de Dios para castigar a los pecadores, como un exterminador que arrasa con todos sin importar las diferencias sociales, como el jefe de un ejército exterminador, o como al rey al que hay que rendir pleitesía.
En nuestra cultura estamos acostumbrados a la figura de la muerte como un personaje femenino, pero el género de la muerte ha variado casi tanto como la misma figura de la muerte, dependiendo de la región y época donde se le representa.
Entonces, es él, ella o algo más…
Existen varias explicaciones posibles para la variación del género de la Muerte, algunas son las siguientes:
– El sexo del personaje de la Muerte puede estar asociado al género gramatical de la palabra muerte en cada idioma. Por ejemplo: la palabra para muerte es masculina en alemán, y femenina en otros. Sin embargo, como veremos, en la Edad Media se visualizaba a la Muerte como un hombre, pese a que el sustantivo latino mors es femenino;
Consideraciones teológicas sobre quién trajo la muerte al mundo por el pecado original.
– La imagen de la Muerte como un ‘doble’ de la persona viva: en este sentido, a veces se la representa como del mismo sexo que la persona que va a morir;
– Sexo de los personajes que inspiran las imágenes, surgidos de la Biblia, de la mitología o de la creatividad de los artistas.
Pero en la Edad Media la Muerte casi siempre es un él.
Durante la Edad Media y el Renacimiento se muestra a la Muerte como un personaje masculino, algunos consideraban que la Muerte se originaba a partir del relato bíblico de la caída de Adán y Eva cuando son expulsados del paraíso, pues Dios había advertido a Adán que el castigo de comer el fruto prohibido sería la Muerte.
Durante el Medioevo Adán es un símbolo de la Muerte en contraposición con Jesús, quien vence a la muerte en este mundo.
San Pablo, en la Carta a los Romanos y en la primera epístola a los Corintios afirma que la muerte es el salario del pecado (Romanos 6, 23).
‘Por un hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte’ (Romanos 5, 12).
Desde el siglo VIII hasta el XIII, en las pinturas medievales sobre la crucifixión de Jesús, la Muerte es simbolizada por Adán, que se pintaba como cadáver o cráneo al pie de la cruz, contrastando con la representación de la Vida como una mujer.
Otras representaciones de la Muerte pueden ser:
A)    Como un hombre algo faunesco, de piel oscura, con barba, que lleva una espada y una hoz.
B)    Como uno de los cuatro jinetes del apocalipsis, como lo ilustra la xilografía de Durero (1498)
C)    Al atribuírsele poderío a la Muerte, se le confirió un aura de respetabilidad a su figura, que en los estratos sociales superiores empezó a ser considerada como de su mismo rango.
D)    A medida que los artistas se fueron independizando de las orientaciones y el control de la autoridad eclesiástica, se empezó a desarrollar el tema de La muerte y la doncella que introduce un componente erótico. Como se observa en dibujos de Nicklaus Manuel (1517) y de Hans Baldung (1520), la Muerte es un personaje masculino musculoso que asedia a una joven, abrazándola y besándola con un carácter sexualmente explícito.
¡Adán tiene la culpa!, ¿o no?
Un segundo enfoque teológico durante la Edad Media parecía centrar en Eva la responsabilidad del pecado y, consecuentemente, de la muerte.
En la Edad Media se hizo costumbre contrastar el papel de Eva como instigadora del pecado y de la muerte, frente a la función de María como mediadora hacia la vida eterna. Como resultado de esta línea de pensamiento, se hicieron en la Edad Media, aunque escasas, algunas representaciones de la muerte en forma de mujer.
¿Qué pasó con la calaca?
La iconografía de la Muerte como esqueleto no se desarrolló hasta el siglo XIII, y desde el siglo XIV cuando el esqueleto se estableció firmemente como la forma de la muerte personificada. En la Antigüedad el esqueleto había simbolizado más bien un espectro o fantasma de la persona muerta.
La manifestación más destacada respecto a la representación de la Muerte en la Edad Media y el Renacimiento es la denominada ‘cultura macabra’ o ‘sensibilidad macabra’, o simplemente ‘macabro’ o “aquello que participa de lo feo y repulsivo de la Muerte”.